lunes, 9 de junio de 2014

leer ajeno

He desarrollado la habilidad de leer sin compromiso alguno, terminar novelas enteras en menos de 24 horas. A la par, he desarrollado también la habilidad de olvidarme de ellas al paso de los días.
Recupero sólo las estructuras narrativas y los personajes, lo más general e inmediato. Borro el resto.

La lectura vuelve a ser, de muchas formas, para un uso particular: laboral y pragmático.
Leo libros que jamás escogería, autores que no respeto y temas que no son de mi interés. Los explico en sí mismos, mientras rompo con mis propios criterios estéticos. 
Lo "bueno" se explica con otras reglas, no con las mías.
La lectura pierde su calidad cuasi religiosa para convertirse en un asunto operativo, un trabajo técnico.
Presto mis servicios para una causa en la que no creo. Formas de trabajo esclavo.

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