lunes, 22 de junio de 2015

en el futuro se escribe con cuatro manos



antes todo comenzaba con emojis
pero los quitamos para poder dialogar
sin miedo
me gusta escribir sin mayúsculas
descubrí que me gusta el título de la canción:
my terracotta heart
corazones de estalactita, cuchillos involuntarios
you're a needy girl
i can tell when i look in your big brown eyes
(baile de introspección)
(baile en japonés)
¿este es nuestro lugar?
debe ser
no quiero que nada salga mal
si lo escribimos saldrá bien es el poder de la palabra
(si es que tiene un poder)
supongo que tendríamos que estarnos divirtiendo
¿qué hay en el futuro?
unos audífonos y sonará un piano de damien rice
la letra dice: “maybe is not the season, maybe is not the year”
¿y cuándo sí?
en el futuro estamos bailando con el cabello suelto
¿cuándo es el futuro?
¿cuándo es después?
voy a tener 31, como tú
y yo 34 como nadie que conozca
hola, es nuestro futuro
¿te acuerdas del futuro en el pasado?
más imágen y menos texto
más certezas sin  encuentros fortuitos
el azar se leía en el camino
¿había corazones rotos?
había un tablero para jugar
había un piso
sabíamos cuándo era el fin de cada partida
porque nosotras
(tú y yo)
lo decidíamos
no había vacío y las palabras tenían una nomenclatura clara
la verdad era la verdad
casi siempre fue nuestra
y la mentira se volvía verdad por decisión
y nuestros mundos estaban separados
nuestras fiestas no sucedían la misma noche
el corazón tenía una morada
rompimos con ese equilibrio
lo fuimos aniquilando
a mí me aburrió
me aburrió ese corazón quieto, que latía sin problemas
el equilibrio me escribe con las mismas certezas del pasado, se acuerda de esos días
el pasado viene con imágenes, estaba en silencio
¿qué se sentía?
la mirada de anubis es lo que me devuelve el silencio
¿me interrogaba?
¿quién hace las preguntas en el pasado?
¿quién respondió?
¿quién elimina los pronombres?
¿quién no habla en primera persona?
(me dieron ganas de llorar en esta parte
si fuera tú estaría comiéndome las uñas
pero soy yo y sólo estoy sintiendo ganas de llorar)
¿vale la pena esperar a que el futuro sea el que queremos?
es más que los deseos y las ganas de que suceda
me gusta pensar que escribimos ahora
nos equivocamos: el futuro no se narra en futuro
narración en presente
¿por favor?
¿qué escribirías?
quiero que futuro a partir de aquí esté en inglés
en el future sigo cuestionando el past
(no sé si es pregunta o afirmación)
yo pediría una carretera
¿para qué la carretera?
para ir a algún lugar, un destino preciso, sin desviaciones
¿te acuerdas que compramos futuro?
tenemos un destino
algunos se quieren unir a nuestro destino
(más de uno)
¿hay alguien observando nuestras decisiones?
quiero ir y buscar el significado real de un hogar
quiero saber qué hora elegiste
austin para buscar el present past
en el archivo personal
(sin metáfora)
con nombre y apellido y fecha precisa
estamos escribiendo el pasado de nuestro viaje
el nombre de una calle y el de toda mi vida
quiero conocer el downtown de esa vida
          de ese camino
me gusta encontrar el centro
como síntoma
así se entiende a las ciudades (y a las personas)
¿somos o tenemos downtown?
la última vez leímos mal el google maps
y teníamos brújula
quiero echarle la culpa a los mapas
porque trazan venas
sin sangre, sin downtown
respiran una existencia sin domesticar
¿la geografía está deprimida?
se despierta tarde para todo
un rescate para los destinos sin trazar
¡s á l v a t e   t ú!
¿en qué tiempo de la narración nos salvamos?
Ojalá todo fuera dejar un respiro entre cada letra
Y poner un punto final.

jueves, 4 de junio de 2015

Hoy leía en voz alta un cuento de Chéjov en donde la protagonista es una perrita que se pierde porque su dueño se emborracha en una noche especialmente fría:

Kashtanka dividía a toda la humanidad en dos partes muy desiguales: en dueños y clientes; entre unos y otros había una diferencia sustancial: los primeros tenían derecho a pegarle, mientras que los segundos era ella la que tenía derecho a hincarles los colmillos en las pantorrillas.


Un poema de Berta García Faet que se llama "Me gustaría meter a todos los chicos que he besado desde el año 1999 en una misma habitación":

me gustaría no clasificarlos
pero estoy segura de que los clasificaría porque clasifico todo
no lo haría por edad o por nacionalidad o por aptitudes o por estado civil
habría 2 grupos
el grupo de los chicos con los que fui yo
y el grupo de los chicos con los que no fui yo
(dentro del grupo de los chicos con los que no fui yo
seguramente habría algún chico impertinente
que preguntaría
si no eras tú, quién eras? friedrich nietzsche? alfonsina storni?

Banana Yoshimoto divide el amor en dos tipos: amores que tienen un final predecible y amores que parecieran no tener un final.

Ojalá que todo fuera tan sencillo como dividir el mundo en dos, que sólo estuvieran las personas que se despiertan temprano y prenden la computadora y las que despiertan tarde y no hacen nada. Sólo dos opciones, nunca las dos al mismo tiempo: Zucaritas o Chococrispis, Lamy o Montblanc, Gap o Levis.
Existen las personas que creen en el amor, otras que no quieren creer o que tienen miedo o que son lisiados emocionales.

Yo quiero hincarle los colmillos en las pantorrillas al grupo de chicos con los que siempre fui yo, despertar temprano y prender la computadora, desayunar chococrispis, usar una montblanc, vestir pantalón negro gap, creer en el amor.
Sobre todo eso, creer en el amor, en el amor al que es imposible verle un final.

martes, 2 de junio de 2015

Terminé un libro que se llama Amor, etcéterade Julian Barnes el título viene de una frase que dice un personaje, Oliver. 
Él considera que el mundo se divide en dos tipos de personas: 
unas para las que el amor es todo y el resto de la vida es un etcétera,
y
las que no valoran el amor demasiado y les interesa más el etcétera. 

Para Keret:
las que duermen del lado de la pared
y
las que prefieren dormir al lado de alguien que los empuje.
Yo creo que el mundo se divide en:
las personas pasajeras, olvidables
y
las personas entrañables, las que se repiten. 
las que meten las sabanas en el colchón
y
las que se sienten atrapadas cuando otros lo hacen.
Para Auster debe haber dos tipos de personas: 
las que ven algo extraordinario en el azar
 y 
las que ni siquiera lo notan. 

Quiero ser de esas que lo notan siempre, no quiero pensar que la vida pasa sólo porque sí.