martes, 2 de septiembre de 2014

maleta

Hice este viaje unas 10 veces sin subirme a un avión.
Pensé en todos los escenarios posibles, siempre luchando contra la ambigüedad.
Pensé en cambiar las fechas, en llegar a otros lugares y en no haberlo planeado jamás.
Quise no haber iniciado este viaje y no ser parte de esto.
Sin  hacer planes a futuro o pensar más allá.
Sabía que el hotel estaba en construcción y reservé todos los pisos por tiempo indefinido, pagué por adelantado.
Me atreví a jugar con el futuro, a pensar en una perpetuidad a corto plazo.
Debí saberlo, el futuro cambia con el presente.

Es imposible bajar, el avión ya está despegando...

Antes de ir al aeropuerto hice y deshice la maleta, tantas veces que perdí la cuenta. Saqué los recuerdos una y otra vez, en su lugar puse un poco de desilusión y olvido. Después pensé que necesitaría algunos recuerdos y volví a meterlos, me molestó que ocuparan tanto espacio. Hubiera preferido no llevar nada, sólo una maleta vacía para llenarla allá.
Estoy segura de que me cobrarán sobrepeso por cargar contigo y con tus dudas.

[Quiero llegar con la maleta vacía]
[Quiero volver a casa]

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