viernes, 11 de julio de 2014

caminar al trabajo


Las banquetas de Allende se lavan todos los días con agua y jabón.
A las 10. 30 de la mañana hay un olor fuerte a detergente.
La basura se tira en el bote que está afuera del Oxxo.
El semáforo de Lázaro Cárdenas y Tacuba es el verde más largo de la historia de los semáforos.
Los silbatos de los agentes de tránsito están destinados a dejar sordos a todos los transeúntes.
Las obras de remodelación de las banquetas aledañas a Bellas Artes son una pesadilla.
El cruce de Hidalgo y Reforma tiene doble complejidad.
El semáforo del Metrobus no está sincronizado con el de los carros.
A veces te puede atropellar el Metrobus, a veces los carros.
Cruzar caminando es siempre sálvese quien pueda.
La iglesia de San Hipólito mira a las personas de perfil.
Barroca, estípites y siglo XVI. 
Sus torres ligeramente fuera de lugar son hermosas.
La parafernalia de San Judas Tadeo no tiene límites.
La plaza entre Puente de Alvarado y Guerrero sería un buen proyecto para remodelar y hacer de ese espacio un lugar habitable, agradable y con una cafetería que tenga mesitas en la plaza.  
Entre la calle de Zaragoza y Violeta hay un edificio rosa con un enorme ventanal y con su nombre en letras mayúsculas.
Lolita.
Lo-li-ta.
Simplemente Lo.
Un viene viene habla de las verdaderas piedras preciosas con una señora que vende mangos en vasitos.
Se sacan copias en blanco y negro. Un peso la copia.
Las prostitutas que rodean el edificio del PRI comen torta de tamal en la delegación Cuauhtémoc.
“No a la privatización del Petróleo” reza una enorme lona que cubre el edificio de la delegación.
Hamburguesas vegetarianas. 15 pesos.
Encuestadores preguntan a los usuarios que van a entrar a la Biblioteca: 
¿Sabes hablar inglés?
Buenos días.


Buenos días es la meta de llegada.

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